Recientemente ha caído en mis manos un ejemplar de National Geographic cuyo título principal es «Los secretos del sueño, ¿por qué necesitamos dormir

Siempre he sentido especial interés por este tema, por el dormir, por sus fases, su función en nuestra vida, los sueños y sus significados. Y en este reportaje divulgativo, se recogen algunos de los aspectos más interesantes y curiosos. Así que os recomiendo su lectura.

Inspirada en el artículo he decidido volver a escribir sobre ello recogiendo algunas de las curiosidades sobre el sueño. Vamos a ello:

¿Sabías que…?

Alrededor del año 350 a.C. Aristóteles escribió «Del sueño y la vigilia» y en él se preguntaba qué era el sueño y cuál era su función. No fue hasta miles de años después que no se volvió a escribir un tratado sobre esta cuestión.

En 1924 el psiquiatra Hans Berger inventó el electroencefalograma, utilizado para registrar la actividad eléctrica del cerebro. Esto permitió descubrir las distintas fases del sueño y el tipo de actividad cerebral que hay en cada una de ellas.

En 1980 se concedió el Premio Nobel de Medicina a un trío de científicos que descubrieron los ritmos circadianos.

Los ritmos circadianos son nuestro reloj biológico y se dedica a regular nuestras funciones fisiológicas para que sigan un ciclo regular de 24 horas que coincide con el sueño y vigilia. Éstos se producen en función de los estímulos de luz; en la vigilia hay una mayor actividad fisiológica mientras que, en el sueño, cuando hay oscuridad, se inhiben estas funciones.

Durante el sueño nuestro organismo se enlentece, la temperatura corporal disminuye hasta los 35 grados, se produce una disminución en la secreción de hormonas y disminuye también nuestra presión sanguínea.

Si los ritmos circadianos se rompen, es decir, nuestro reloj biológico se avería, tenemos más probabilidades de padecer demencia, enfermedades cardiovasculares y diabetes.

Dormir bien y suficiente es crucial para la salud y el desarrollo de los niños ya que mientras duermen es cuando se segrega la mayor cantidad de hormona del crecimiento. La falta de sueño en los niños se ha relacionado con la aparición de diabetes, obesidad y dificultades del aprendizaje. Los recién nacidos pueden llegar a dormir 17 horas diarias y se cree que en la mitad de ellas se está en un estado similar al sueño REM.

El sueño está compuesto por 4 fases (sueño no REM) y el sueño REM (Rapid Eye Movement) y en una buena noche de sueño (al menos 8 horas) podremos pasar por todas estas fases de forma cíclica entre 4 y 5 veces.

La fase 1 es la más breve y de sueño ligero pues dura unos 5 minutos. En ella todavía podemos percibir algunos estímulos por lo que es fácil despertarse.

En la fase 2 ya apenas percibimos lo que pasa a nuestro alrededor y así nos es más fácil desconectar y descansar. Esta fase puede ocupar un 50 % del total de sueño que hace un adulto. En ella aparecen los husos del sueño que, se cree, estimulan la corteza cerebral para preservar la información recién adquirida y para asentar la memoria a largo plazo.

Algunas investigaciones postulan que la intensidad de los husos del sueño podría ser un indicador de mayor inteligencia.

La fase 3 (o sueño Delta) es todavía un sueño más profundo. En esta fase no soñamos, pero si sufrimos una disminución en la tensión arterial y en el ritmo respiratorio.

La fase 4 es la más reparadora del sueño; el tono muscular es muy bajo y la actividad cerebral todavía más lenta. En esta etapa no se sueña normalmente pero si pueden aparecer disfunciones como el sonambulismo o los terrores nocturnos en los niños.

El sueño REM (Rapid Eye Movement) se descubrió en la Universidad de Chicago en 1953. Con su descubrimiento se documentó el rápido movimiento de los globos oculares y la congestión de los órganos sexuales. También se descubrió que la gran mayoría de los sueños suceden en esta fase.

En una noche de sueño, entramos en espiral desde la fase 1 hasta la fase 4, tenemos un despertar fugaz y nos adentramos en el sueño REM que en un primer ciclo de sueño durará unos 20 minutos. En el segundo ciclo durará aproximadamente el doble. Aun así, se estima que el sueño REM sólo ocupa el 20 % de nuestro sueño total.

Durante el sueño REM se suprime completamente la producción de norepinefrina y serotonina, y por tanto, estamos en un estado de conciencia alterado.

Se cree que durante el REM hay una alta actividad en las regiones cerebrales asociadas a funciones motoras. Por eso, aunque nuestros músculos están paralizados podemos soñar con que volamos.

Respecto al contenido de los sueños hay 2 posturas bien diferenciadas; la de aquellos científicos que rechazan que el contenido de los sueños sea importante y que éstos sólo se producen debido al caos orgánico, y la de aquellos que postulan que es un mecanismo de la evolución destinado a descubrir los significados de los recuerdos nuevos y sus posibles utilidades en el futuro.