Miriam es una mujer joven, madre de 2 hijos, recientemente separada. El motivo por el que acude a nuestro centro es porque se le ha detectado una enfermedad neurodegenerativa y explica que necesita ayuda para sobrellevar esto. Según ella misma refiere es una mujer fuerte, que ha sabido afrontar una dura separación de su pareja y otros tantos problemas a lo largo de su vida. Pero este no. Este necesita de otros medios porque “algo le está removiendo”.
Durante la evaluación habla de que siente mucho miedo desde que se le da este diagnóstico, miedo por su evolución. Se siente indefensa ante la enfermedad, no tiene sensación de control sobre su vida. La enfermedad parece que se ha adueñado de su vida y de su identidad misma, Miriam, que ahora es esa mujer enferma…
Hablamos también de la separación y de otros aspectos relevantes de su vida, y habiendo pasado unas cuantas sesiones, reconoce haber sido víctima de abusos sexuales en la infancia por parte de un conocido de la familia en repetidas ocasiones.
Miriam ha tratado anteriormente con otros psicólogos que le han ayudado a superar esta situación según ella relata. De hecho, no es algo por lo que ella acuda a psicoterapia de nuevo. Dedicamos algún tiempo a analizar lo realizado anteriormente en sus procesos de psicoterapia y parece que en un plano racional todo está bien.
Por tanto, se inicia la terapia psicológica en consonancia con su demanda. Al empezar a trabajar en esto, Miriam refiere sentirse constantemente frustrada e indefensa y vemos que aparecen síntomas físicos que pueden tener un origen psicosomático como dolores inespecíficos en algunas partes del cuerpo (se consulta a un médico y se descarta tengan su origen en la enfermedad neurodegenerativa) Además duerme mal, tiene pesadillas y ha perdido el apetito porque suele tener náuseas (algo que hacía mucho que no le pasaba según cuenta)
En una sesión pregunto si anteriormente había tenido que hacer frente a alguna situación que le generara estas emociones. Ella responde que sí. Al parecer durante la época que fue abusada sexualmente solía tener sensaciones parecidas, tanto en el plano emocional como físico. Parece que hay cierto grado de conexión entre lo que está viviendo actualmente y ese pasado aparentemente cerrado y superado. De hecho, en ese momento reaparecen las pesadillas recurrentes en las que hombres la persiguen y la maltratan.
¿Qué está pasando? Parece que hay un vínculo entre su malestar actual y su pasado. Así pues se plantea un cambio de rumbo. Empezamos EMDR. Una técnica muy útil para tratar traumas psicológicos (echadle un ojo a nuestros post sobre trauma y EMDR)
Ya en la primera sesión de EMDR aparece el enorme malestar de esa niña, que toma la forma de pánico e impotencia total ante la situación, sumados a esos dolores corporales a los que ella hace referencia. Aparece también la culpa (“yo provoqué esa situación de abusos”) y también durante la primera sesión Miriam consigue transformar esa culpa en un “¿qué podía hacer yo? Sólo era una niña”. A lo largo del tratamiento ese miedo se transforma en profunda ira, esa ira en tristeza, y la tristeza se transforma en perdón “mi padre era un infeliz, el fue maltratado en su infancia” dicho con tal claridad y madurez que conmueven.
Al cabo de unas sesiones esos dolores prácticamente desaparecen y Miriam se siente fuerte para hacer frente a la enfermedad, a los tratamientos y a lo que se le ponga por delante. Miriam ha vuelto.
Pude concluir por tanto, que la sensación de indefensión e impotencia que sintió al hacerse ese diagnóstico era la misma sensación que tuvo de niña cuando fue abusada. Esas sensaciones, habían abierto la herida, que desde luego, no estaba totalmente cerrada.
Nuestras emociones, sensaciones, nuestro cuerpo y nuestra mente deben estar en armonía. Los acontecimientos traumáticos que vivimos en el pasado deben solucionarse en todos estos planos, no sólo en el cognitivo o racional.

Ahora que habéis leído esto he de ser sincera, Miriam no existe. Disculpadme. No existe como una única persona, pues Miriam es un compendio de otras muchas mujeres, y también hombres, que son víctimas de algún hecho traumático, en este caso, el abuso sexual. El caso de Miriam es prototípico de cómo una persona puede reexperimentar hechos del pasado en el presente sin que seamos conscientes de ello. Por tanto, el primer paso es conectar la sintomatología del presente con el pasado, y en caso de que pueda llevarse a cabo, empezar el trabajo con EMDR, herramienta muy útil para todas aquellas personas como Miriam…

Si sientes interés por el trauma psicológico y el EMDR no dejes de leer nuestro blog. Somos especialistas en ello.

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