El estudio de las emociones es desde hace aproximadamente dos décadas fundamental en la investigación en el campo de la neurociencia. Esto viene teniendo una gran repercusión en el enfoque de los tratamientos psicológicos de problemas como la ansiedad o la depresión.

Hoy en día sabemos que el malestar psíquico es malestar emocional, y por tanto debe tratarse con enfoques y herramientas que no se queden en un plano puramente racional.

David Servan- Schreiber habla de la curación emocional sin psicoanálisis y sin fármacos. El psicoanálisis ya que por sí mismo no logra acceder al cerebro emocional para reprogramarlo y a partir de ahí curar las heridas que generen los síntomas como la ansiedad y la depresión. La cura del habla parece no ser suficiente. Los psicofármacos por otro lado, son parches que eliminan síntomas. Así podemos tomar ansiolíticos para reducir nuestro nivel de estrés o ansiedad, o antidepresivos para mejorar nuestros niveles de serotonina. ¿Pero estos medicamentos producen cambios en un nivel profundo? ¿En un nivel emocional?

El psicoanálisis ha sido el modelo de elección durante muchos años, hemos aprendido mucho de él, pero en la actualidad se buscan modelos más eficaces y rápidos que no requieran años de psicoterapia (tal vez impulsado por este momento histórico del ya, ahora y la prontitud) El mismo Freud, de espíritu pionero y emprendedor,  hablaba de que el siguiente paso en el estudio de la psicología sería el de la comunión entre la psicología y la biología.

La psicofarmacología por otro lado es útil, como no, pero las cifras de pacientes que acuden a atención primaria por sintomatología relacionada con la ansiedad y depresión se dispara alarmantemente y ni siquiera los psicofármacos pueden frenar este efecto.

Así nos encontramos ante el momento de seguir avanzando en otras direcciones y de buscar enfoques para la curación mejores y adaptados a nuestro tiempo.

Qué es el cerebro emocional

En la zona más interior de nuestro cerebro, la más arcaica,  se encuentran las zonas relacionadas con las emociones. Este es el llamado llamado “cerebro emocional”, nuestro «cerebro límbico» que compartimos con los mamíferos y algunas zonas con los reptiles. Este cerebro cuenta con una disposición distinta, una organización celular diferente e incluso con una bioquímica distinta a la zona del neocórtex. El neocórtex, zona más externa del cerebro, es donde se ubica el lenguaje y el pensamiento y la zona más evolucionada del cerebro, la más nueva.

Este cerebro controla todo lo que tiene que ver con el bienestar psicológico. Por tanto, si nuestro cerebro emocional no funciona correctamente nos sentiremos mal y generaremos síntomas de distinto tipo. Este mal funcionamiento puede deberse a que hayan podido quedar almacenadas en él experiencias dolorosas vividas en el pasado, incluso mucho tiempo atrás, que han desprogramado nuestro cerebro emocional y hace que funcione de forma disfuncional. Así, una «lesión emocional» temprana y pasada puede tener repercusión en nuestro presente.

Nuestro propósito como psicoterapeutas es ayudar a nuestros pacientes a producir cambios en el cerebro emocional para volver a un funcionamiento adecuado del mismo. Sabemos que todas las personas tenemos mecanismos de autocuración que son capacidades innatas. Así como cuando nos hacemos una herida y nuestro cuerpo tiene capacidad cicatrizante, nuestro cerebro emocional tiene una capacidad similar. Y nuestra tarea es mostraros el camino.

Para ello, nos valemos de técnicas como el EMDR (desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares). Esta técnica que realizamos los psicoterapeutas formados y preparados para su uso, es una técnica basada en esta capacidad de autocuración emocional probada empíricamente. Con ella y con la guía del psicoterapeuta pueden tratarse  aquellas disfunciones y problemas emocionales a los que es difícil acceder únicamente desde nuestro cerebro racional. Este por otra parte nos es necesario para poder elaborar racionalmente nuestros cambios y así poder generar experiencias nuevas y completas.

Ver: http://www.circulopsicologia.com/que-es-emdr/

El equilibrio entre el funcionamiento de la razón y la emoción es siempre objeto de la psicoterapia, de ahí la necesidad de trabajar con distintas herramientas y recursos, y la necesidad de estar actualizados en nuevos hallazgos neurocientíficos.

 

Rocío Sánchez.