Como ya hemos repetido en los diferentes post que hemos compartido con vosotros sobre la dislexia, una buena y adecuada evaluación de la situación  en la que se encuentra el niño o niña y que los padres y los educadores comiencen a observarles, es la mejor manera de ayudar a que se vayan superando las dificultades que existen y entender las que puedan aparecer a lo largo de su evolución.

Cuanto antes estemos preparados para rehabilitar y recuperar, mucho mejor, ya que es tiempo ganado y tranquilidad para el niño que se siente comprendido, ayudado y acompañado.

Para llevar a cabo una buena evaluación de la dislexia, y por consiguiente un diagnóstico de dislexia correcto hay que comenzar por realizar una serie de pasos:

1. Entrevista familiar: Consiste en recoger información sobre el niño desde el embarazo al momento actual, abarcando:

–  Datos físicos (embarazo, enfermedades infantiles, posibles problemas de audición o visión, enuresis o encopresis, dolores de cabeza recurrentes, etc.)

–  Datos psíquicos  (relacionados con los procesos madurativos psicomotrices y lingüísticos como sus primeras palabras, gateo, cuando comenzó a andar, dominancia lateral, antecedentes familiares de dislexia o cualquier otro trastorno, conducta en casa, etc.)

–  Datos ambientales. Estos se recogerán directamente de la familia y no por cuestionario (composición de la familia, nivel socio-cultural, actividades extraescolares, relación mantenida con el centro escolar u otros aspectos que puedan ser relevantes)

2. Informe escolar: En este caso si es adecuado recoger la información que ofrece el tutor y los profesores con cuestionarios ya que, de este modo, no se olvidan aspectos importantes y se facilita la labor de observación y opinión de los mismos sobre:

–  Edad a la que se escolarizó y cambios de centro en su caso.

–  Integración en el grupo y sociabilidad.

–  Adaptación o rechazo al medio escolar; comportamiento en clase.

–  Rendimiento conforme a la capacidad que parece que tiene el menor.

–  Existencia de alguna problemática que llama la atención del profesorado como falta de atención, inestabilidad, apatía, desnivel entre resultados de diferentes asignaturas.

3. Realización de pruebas específicas tales como:

Capacidad Intelectual:

  • WISC –R (escala de inteligencia)
  • Test de Matrices Progresivas de RAVEN (en caso de niños con muy escaso vocabulario)

Valoración del lenguaje (lecto- escritura):

  • TALE (lectura y escritura)
  • PROLEC-R (exactitud lectora, Comprensión lectora y velocidad para Educación Primaria)
  • PROLEC – SE (lo mismo que el anterior pero para Educación Secundaria)
  • PROESC (escritura y sus alteraciones, ortografía y expresión)

Exploración perceptivo – motriz (esquema corporal, lateralidad, percepción espacio-temporal):

  • Escala de Piaget y Head (esquema corporal, lateralidad, percepción espacio-temporal)
  • Test de Harris (dominancia lateral)
  • Test Guestáltico – Visomotor de Bender (exploración espacio – temporal)

Estudio de la Personalidad (no incide en directamente en el diagnóstico pero nos proporciona una visión más completa de su problemática que condicionará su comportamiento, rendimiento escolar y sociabilidad. Detectan rasgos de personalidad que se repiten en todos los niños con dislexia con mayor o menor intensidad)

  • Test de la Familia, de Porot
  • Test de la Figura Humana, de Machover
  • Test del Árbol, de Koch

La evaluación de la dislexia en niños ha de ser individual ya que a pesar de que en el colegio hayan realizado test colectivos pueden no ser aclaratorios de su situación personal por lo que se aplicarán pruebas o test individuales específicos desde los diferentes aspectos a explorar.

No es necesario aplicar todos los test que aparecen en cada uno de los apartados.

Tras los resultados de la evaluación, en la entrevista con los padres hay que explicar cómo ha ido todo y analizar los resultados que no tendrían ningún sentido si no se acompañaran de propuestas de tratamiento para la dislexia en el caso de que la hubiera, y de un abordaje de la situación familiar y escolar.

Dependiendo del grado de alteración se marcará un tratamiento para la dislexia infantil diferente que puede llegar hasta el cambio de modalidad escolar en los casos más graves.

Además dependiendo de los rasgos de personalidad del niño con dislexia podría ser beneficioso que, además de la reeducación psicopedagógica, se realice una psicoterapia que le ayude a trabajar sus emociones y adquirir confianza en sí mismo.

La evaluación de adultos con dislexia variará en algunos puntos, y sólo podrán utilizarse algunas de las pruebas enumeradas anteriormente.

Podéis contar con nosotros  para comenzar o retomar la vía de las soluciones en positivo. Entre nuestro equipo de psicólogos puedes encontrar especialistas en psicología educativa, psicopedagogos, psicólogos infantiles y terapia para adultos así que no dudes en consultarnos.

Te esperamos en nuestra Clínica de Psicología en Madrid.