En este apartado de nuestro blog de trauma y EMDR pretendemos no sólo ofrecer información útil a personas que sean usuarios de nuestros servicios o a personas que tengan interés en temas de psicología, sino crear un espacio donde poder hablar sin tapujos de las cosas que ocurren en nuestras vidas y que por motivos emocionales pero también  socioculturales son tan difíciles de compartir en muchos casos.

En CÍRCULO PSICOLOGÍA queremos luchar contra esos tabúes que hoy en día todavía nos impiden hablar y solicitar ayuda.

El mundo del trauma psicológico ha sido siempre un mundo de vergüenza, rechazo, de miedo y de controversia. En cambio, desde una perspectiva psicológica nosotros pensamos que muchas personas han sido víctimas directas o indirectas de situaciones traumáticas a lo largo de su vida, con mayor o menor intensidad. He aquí una paradoja: ¿cómo es posible que algo que afecta a tantas personas no haya sido tratado desde la psicología como merece?

“Estudiar el trauma psicológico es enfrentarse tanto a la vulnerabilidad humana en el mundo natural como a la capacidad de hacer el mal que hay en la naturaleza humana” nos dice Judith Herman. Para nosotros aquí está la clave. Nos enfrentamos a algo profundo, a algo que nos remueve y que nos hace pensar. Y bucear en las profundidades no es algo a lo que estemos acostumbrados…

El estudio del trauma psicológico tiene una historia cuanto menos curiosa. A lo largo de las últimas décadas este estudio ha atravesado por fases de amnesia, y no por falta de interés (que de hecho podemos decir que genera incluso algo de morbo), sino porque ha producido cierto malestar social y tiende a “olvidarse”.

Pero hoy queremos hablaros sobre tres importantes hitos en el estudio del trauma psicológico, tres momentos de la historia recientes donde se ha desarrollado ampliamente el estudio de este área porque el contexto social y/o algún movimiento político lo ha facilitado.

PRIMER TRAUMA: El análisis de la histeria, un trastorno psicológico exclusivo de las mujeres. De hecho histeria significa útero. Durante las dos décadas de finales del siglo XIX, la histeria es foco de atención en investigación ya que se cuentan por miles las mujeres con este diagnóstico. Podría enzarzarme en anécdotas históricas y en el análisis de las investigaciones de Charcot, Breuer, Janet o Freud, en la «disociación»o en la «cura de hablar»,  pero no pretendo escribir una novela. Aunque de Freud si queremos hablar un poco.

Freud empezó a analizar la vida de las pacientes histéricas y poco a poco fue explorando más en profundidad la vida sexual de éstas. Él consigue hacer la primera conexión entre los traumas sexuales y los síntomas histéricos, y con ella, aparece la primera controversia en el mundo científico dedicado a este ámbito de investigación. Freud concluyó en La etiología de la histeria que los asaltos sexuales, los abusos y el incesto eran motivo generador de esta sintomatología histérica. Un año después tuvo que retractarse de su hipótesis por la enorme repercusión social que tuvo su teoría. Veamos, por un lado, los síntomas de la histeria eran muy comunes entre las mujeres, y esto querría decir, que todas ellas habrían sufrido violencia sexual en su pasado. Freud tendría que concluir por tanto que estos actos perversos eran endémicos. Un pensamiento que le resultó intolerable y políticamente incorrecto.

FASE DE AMNESIA.

SEGUNDO TRAUMA: La guerra, neurosis de combate. Después de la Primera Guerra Mundial, en Estados Unidos e Inglaterra se abre este canal de investigación promovido por el incremento de movimientos pacifistas. Se atraviesan otras fases de amnesia y se continúa con el estudio durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Vietnam. Estos movimientos querían mostrar las consecuencias mentales de la guerra en sus supervivientes.

Los soldados que sobrevivían estas guerras empiezan a actuar como las mujeres diagnosticadas de histeria: pérdida de memoria, parálisis motora, no responsivos a estímulos… Se sabe que el número de bajas psiquiátricas de los soldados era apabullante, algo que obviamente se ocultó por sus efectos desmoralizadores. Así, en contra del antiguo pensamiento de la glorificación de los soldados en la batalla, se encontraron con personas totalmente invalidadas por los síntomas traumáticos. Kardiner esboza una primera línea sobre secuelas traumáticas, pero no es hasta 1980 que el trauma psicológico se convierte en un diagnóstico como tal cuando la Asociación de Psiquiatría Americana incluye en su manual los desórdenes de estrés postraumático.

FASE DE AMNESIA.

TERCER TRAUMA. Violencia de género y doméstica. Momento social: movimiento feminista en Europa y Norteamérica, que destapa la violencia intrafamiliar encubierta durante muchas décadas. Se rompe la barrera de la intimidad hogareña y se desvela el secreto que Freud ya anticipó y que constituye a día de hoy, un porcentaje importante de las consultas que se realizan en psicología y psiquiatría, la violencia hacia la mujer. Se rompe la barrera del silencio y las consultas facilitan la verbalización de estos pasados traumáticos. A partir de la década de los 70 se crean los primeros servicios de atención a la mujer víctima de asaltos sexuales, existiendo a día de hoy recursos altamente especializados para víctimas de violencia de género, de hombre a mujer, pero también de mujer a hombre.

La psicoterapia es sin duda la mejor herramienta para la mejoría de las personas víctimas de traumas psicológicos de cualquier índole. En la consulta no sólo encontrarás el espacio donde poder hablar de lo ocurrido sin ser juzgado sino que podrán utilizarse técnicas novedosas basadas en evidencias científicas, por ejemplo el EMDR, que pueden reducir tus síntomas significativamente.

No lo dudes, pide ayuda. Queremos escucharte, hombre, mujer, niño o adulto.