Como decía en el post anterior, el niño con dislexia, siendo diferente cada uno, presenta una serie de características comunes que se proyectan en:

  1. Su dinámica personal, destacando:

– La falta de atención, que ya comentábamos era debida al esfuerzo para superar sus dificultades perceptivas  lo que produce fatiga y como consecuencia atención inestable y poco continuada. Por ello el grado de motivación e interés es my bajo.

– Desinterés por el estudio dado que el rendimiento y calificaciones son bajas y el esfuerzo es alto. La familia y el centro escolar deben ser motivadores y colaborar en mantener el interés por aprender. El grupo de clase en ocasiones margina al niño con dislexia e  incluso pueden llegar a pensar que es un niño con retraso mental.

–  Inadaptación personal que se aprecia por su desajuste emocional. Al no orientarse bien en el espacio y el tiempo se encuentra inseguro en sus reacciones y para compensarlo presenta gran terquedad para defender sus opiniones.

  1. Las manifestaciones escolares propiamente dichas.

Aparecen de manera concreta en las materias básicas de lectura y escritura con una proyección al cálculo.

Repito que pueden aparecer alteraciones en estos aprendizajes  solo como signos de una madurez más lenta en la capacidad viso-motora o en su lateralidad que al avanzar el tiempo van desapareciendo.

Las dificultades que van apareciendo dependiendo el intervalo de edad, se van convirtiendo en alteraciones si perduran en el tiempo. Por ello insisto en que reconocer, evaluar, diagnosticar dislexia y proponer un tratamiento para la dislexia infantil pronto, es garantía de mejores resultados.

Para aclarar qué tipo de alteraciones pueden aparecer describiré brevemente, sin marcar las diferencias entre las distintas etapas escolares, las que se producen en la lectura y en la escritura.

Hay un momento que  podría denominarse  predisléxico (aproximadamente entre los 4 y 6 años)  en el que van apareciendo alteraciones que más tarde alcanzarán un peso mayor. Las dislalias que se producen en el lenguaje hablado que son confusiones de fonemas es una muestra de ellas (confusiones de fonemas y/o mala pronunciación de los mismos) así como la torpeza motriz y un retraso notable en la estructuración y conocimiento del esquema corporal.

LECTURA:

  • Confusiones – (d/b – p/q – b/g – u/n – d/p)
  • Omisiones – (brazo/bazo – pobre/pobe – árbol/árbo )
  • Inversiones – (mamá/amam – ardilla/radilla – enfermo/nefermo –  ladra/drala)
  • Adiciones – (plátano/palátano – pobre/pobere)
  • Reiteraciones – (pelota/pelolota)
  • En ocasiones omiten palabras completas.
  • Reiteran o repiten una palabra varias veces.
  • Sustituyen una palabra por otra que tiene un cierto parecido en cuanto a cómo suena (lagarto/letargo)
  • Vacilaciones en la lectura produciendo retrocesos y avances de forma desordenada.
  • Saltos de línea o repetición de la misma. Problemas de seguimiento visual.
  • Falta de ritmo en la lectura.
  • Lentitud
  • Lectura mecánica no comprensiva.

ESCRITURA:

  • Escritura en espejo, en letras que más adelante en fases más avanzadas de la escritura puede llegar a escribir de derecha a izquierda de la hoja y que solo se podrá leer frente un espejo  (si queréis podéis hacer la prueba…)
  • Unión /Separación de palabras ( Mi prima vive cerca – Mipirma vive zerca. Había unas olas muy grandes – diaunas olas muigandes)
  • Por no repetir lo anterior, todos los puntos señalados en el apartado de lectura se repiten en la escritura (excepto los cinco últimos)

CÁLCULO:

Solo consideraremos las alteraciones de tipo gráfico y viso-espacial que no constituyen una Discalculia:

  • Escritura de números en espejo – (… )
  • Inversión de cifras – (12 y 21)
  • Confusión de números por sonidos semejantes – (60 y 70)
  • Mala colocación de las cifras para operar (suma y resta) o comenzarla por la izquierda.

Aclarar que estas alteraciones de la escritura de las que hablamos estarían dentro de lo que se denomina ortografía natural. En la ortografía reglada (usos de b / v, c /z,  g /j, h, etc.) aparecerán  también dificultades que habrá que trabajar y controlar.

Evidentemente, existen grados de intensidad en la dislexia infantil que junto al grado de adaptación personal de cada niño y a sus particularidades,  nos llevarán a marcar una orientación psicopedagógica hacia la consecución de objetivos de aprendizaje y a evitar los daños colaterales que pueden ir apareciendo en lo psicosocial.

En próximos post hablaremos más en concreto sobre cómo diagnosticar dislexia en niños y  qué tipo de pruebas y test para la dislexia pueden usarse para este fin, así como del tratamiento de la dislexia en niños.

Si tienes dudas sobre esto y/o piensas que tu hijo pueda tener dislexia infantil, en nuestra clínica de psicología Madrid EMDR podemos ayudarte.

Nuestra especialista en psicología educativa y psicopedagogía terapéutica en Madrid evaluará al niño con nuestro propio protocolo de evaluación, realizará un informe y podrá iniciarse un tratamiento para la dislexia que será pesonalizado en cada caso. ¡Llámanos e infórmate!