En muchas ocasiones encontramos que es difícil poner en palabras lo que sentimos ante determinadas situaciones o momentos vitales que nos generan malestar. No sabemos expresar lo que nos pasa, nos atascamos. Cuantas veces nosotros, los psicólogos, escuchamos “no sé cómo explicar lo que me pasa”. Explicar nuestras emociones e incluso pensamientos puede ser tarea difícil y por eso, nuestra función como psicólogos es ayudarte a poner fuera lo que te pasa dentro. Y esto puede hacerse mediante palabras o sin ellas.

La llamada caja de arena es una técnica terapéutica muy útil para poder expresar mediante la caja lo que nuestras palabras no llegan a describir.

Qué es la caja de arena

Dora Kalff creó esta técnica (sandplay) para ayudar a los niños a expresar sus emociones, ya que sabía que los niños utilizan la simbología para hablarnos de su mundo interior. Por eso, los psicólogos infantiles utilizamos el juego como medio de comunicación con los niños. Más adelante se empieza a utilizar con adolescentes y adultos.

Básicamente se trata de una caja de medidas predeterminadas, bien de plástico o bien de madera, en la que se introduce arena, medio con el que, no sólo niños sino también adultos, pueden proyectar distintos contenidos psíquicos a través de un juego no verbal y en un ambiente tranquilo, facilitador y de seguridad que habrá creado el psicoterapeuta. La caja es contenedora de la psique, mientras que la arena nos conecta con la tierra y tiene cualidades kinestésicas y sensoriales. A la mayoría de las personas les gusta el contacto con ella e incluso produce cierto efecto relajante jugar con ella.

El siguiente elemento importante de la técnica son las miniaturas que se irán seleccionando para colocar en la caja como se quiera. La colección de miniaturas debe incluir una muestra de todos aquellos seres animados e inanimados que formen parte de nuestro mundo interno, pero también del externo. Así, en nuestra colección de pequeñas figuras deben encontrarse:

Personas: familias, de distinta raza, de distintas profesiones, de distintos tamaños, etc.

Fantasía: personajes de cómics y películas, dibujos animados, dragones, fantasmas, esqueletos, etc.

Figuras espirituales y místicas: monja, cura, sirena, ángel, etc.

Animales: domésticos, salvajes, dinosaurios, insectos, animales marinos, etc.

Construcciones: casas, castillos, palacios, tiendas, puentes, escaleras, etc.oches, motos, aviones, barcos, camiones, trenes, etc.

Figuras de la naturaleza: árboles, plantas, flores, rocas, etc.

Y todo aquello que se nos ocurra que pueda representar el mundo de una persona.

Estas figuras serán por tanto el medio de expresar los diferentes problemas, conflictos y emociones del paciente en un espacio simbólico, de “juego” y seguro.

Cómo se usa la caja de arena

Tenemos una consulta dotada de los materiales necesarios para una sesión de caja de arena. Una vez se pone en orden y se coloca el material necesario, invitamos a la persona a tocar la arena y a sentirla. También pueden jugar con ella.

Una vez la persona ya haya probado esas distintas sensaciones que trae la arena, daremos una breve consigna:

¿Ves estas miniaturas y muñecos? Si quieres puedes colocarlas en esta caja y hacer lo que tú quieras. Coge las miniaturas que quieras y lo haces aquí. Yo te ayudaré en lo que necesites y te estaré acompañando, pero mientras haces la caja estaremos en silencio”.  

Mientras se realiza la caja nuestro papel será de observador, no dirigimos ni juzgamos la creación, es del paciente y solo suya, creada libremente. Así es como tiene valor. Se podrán mover las figuras y jugar con ellas, para finalmente crear una caja.

Al terminar se podrán hacer algunas preguntas sobre la creación de la caja, pueden responderse o se puede estar en silencio.

Por qué funciona la caja de arena

Esta es una técnica proyectiva vivencial que facilita la expresión de contenidos inconscientes. Al estar jugando, nos desinhibimos como lo hace un niño y permitimos que afloren contenidos, imágenes, pensamientos y emociones más profundos y no conscientes en muchos casos.

Al expresar estos contenidos de estados internos podemos comprenderlos mejor y la persona puede conectar mejor e integrar conscientemente nuevos elementos acerca de sus conflictos, su vida y su persona.

Al representar en la caja de arena nuestros miedos, traumas y conflictos en un contexto seguro como es la caja, podremos tener sensación de control y seguridad pues estos nuevos contenidos hasta ahora inconscientes, estarán en un espacio cerrado y limitado.

De la misma manera que encontramos malestar, dolor y conflictos representados en la caja, también podemos encontrar que el paciente representa también fortalezas y elementos de seguridad y protección.

En qué casos es útil la caja de arena

Como decíamos en líneas anteriores, la técnica es útil tanto para niños y adolescentes, como para adultos ya que ayudará a todos ellos con sus problemas emocionales asociados a la incapacidad de poner en palabras algunos contenidos psíquicos.

Las personas con las que puede usarse pueden tener síntomas y problemas de distinta índole:

  • Trastornos de conducta infantiles
  • Retraso en el desarrollo del lenguaje
  • Déficit de atención e hiperactividad
  • Trastornos alimentarios
  • Duelo
  • Traumas psicológicos
  • Adicciones
  • Trastornos psicosomáticos
  • Dolor crónico
  • Problemas de autoestima
  • Dificultades en las relaciones interpersonales
  • Problemas familiares
  • Otros

La caja de arena es un recurso muy útil en un proceso de psicoterapia. Como técnica, se engloba dentro de un plan de tratamiento personalizado, por lo que este recurso se podrá alternar con otros a lo largo del proceso.