1. “No creo en la psicología

La psicología no es una cuestión de fe, sino de ciencia. Los psicólogos clínicos y los psicólogos sanitarios utilizamos el método científico para comprender todos aquellos procesos cognitivos, emocionales, de aprendizaje y sociales que se dan en la persona. Además los psicólogos no predicamos dogmas de ningún tipo, ayudamos a la persona a mejorar a través de un vínculo saludable entre paciente y terapeuta.

A día de hoy muchos compañeros nos seguimos preguntando por qué hay tantos prejuicios e ideas erróneas acerca de la terapia psicológica cuando en realidad se trata de otro profesional sanitario como puedan serlo los médicos, enfermeras, farmacéuticos, etc. De la misma manera que acudimos a nuestro médico de cabecera cuando nos encontramos mal y estamos enfermos, se acude al psicólogo ante una dolencia diferente, una dolencia psíquica.

Los licenciados o graduados en psicología recorremos un largo camino de estudios de pregrado y posgrado en Salud Mental, en muchos casos nosotros mismos hacemos nuestro proceso de psicoterapia para prepararnos para una profesión exigente. Estamos en constante actualización en cuanto a nuevas técnicas y recursos que incorporar a los tratamientos psicológicos que empleamos. Todo ello para poder atender mejor a la persona que llega a nuestra consulta.

2. “La terapia no sirve para nada”

La terapia sirve y funciona si le damos la oportunidad. Si nuestra actitud es de implicación positiva, proactiva, de búsqueda de cambio y de compromiso con el tratamiento psicólogico, funciona. En cambio, si nuestra actitud es hostil, pasiva, pensamos que el psicólogo nos lo va resolver todo sin que nosotros hagamos nada, no servirá.

De la misma manera, si el médico te receta una medicación y no tomas las dosis pautadas, el tratamiento no será efectivo.

Depende de ti mismo, tú eliges.

3. “Los psicólogos pueden leer la mente o adivinar todos nuestros problemas”

 Lo cierto es que no usamos bola de cristal ni tarot. Tampoco tenemos capacidades como la telepatía o la lectura del pensamiento. Muchas veces escuchamos en nuestra consulta y en nuestra vida personal “¿ahora me estás psicoanalizando?” o “¿puedes leerme la mente?” Entendemos que debajo de esto hay una mezcla de mito y de miedo. El mito lo rompemos hoy en el post, el miedo se puede revisar en la consulta.

La herramienta que utilizamos para conocer, que no adivinar, al paciente es la evaluación psicológica en la que pueden usarse distintos métodos y pruebas (entrevista clínica, test, baterías, pruebas proyectivas, etc.) Es aquí donde analizamos a la persona y el problema que tiene, para después marcar objetivos en el tratamiento y hacer una planificación de los recursos de que dispone el psicólogo para ayudar al paciente.

Una vez terminada la evaluación se hace una sesión de devolución con el paciente para explicar los posibles motivos del problema, y ponerse en marcha con la terapia en caso necesario.

4. «Yo debería manejar mis propios problemas solo».

Lo cierto es que sería estupendo poder solucionar solos nuestros problemas, pero la realidad es otra. No llegamos a todo. Y es francamente difícil tener la objetividad necesaria como para hacer un diagnóstico de nosotros mismos o poder hacer una lectura clara del problema o crisis que atravesamos.

Es importante saber pedir ayuda, ponerte en las manos de otra persona. Y si son las del psicólogo podrás encontrar un espacio de confianza donde poder poner sobre la mesa los problemas con el objetivo de solucionarlos POR TI MISMO, pero con ayuda profesional, con un guía.

Este es un pensamiento que además puede llevar una gran carga de autoexigencia, que al intentar cumplir y fracasar, puede llevarnos a la frustración.

5. “Me van a cambiar y a decir lo que tengo que hacer”

No se trata de que el psicólogo cambie a la persona, sino de que la propia persona cambie al iniciar un proceso de introspección, de mejora y de resolución de los problemas mediante recursos que ni siquiera la persona misma sabía que tenía y que puede descubrir gracias al encuadre terapéutico.

Los psicólogos no debemos decir qué debe hacer el paciente, pues entonces caeríamos en el error de resolver nosotros sus problemas. Lo que sí podemos hacer es ofrecer una perspectiva diferente del problema e incluso de si mismo, para lograr así el impulso necesario para lograr el cambio.

6. “Una vez que empiezas a ir a terapia, lo harás para toda la vida”

En absoluto. La terapia psicológica es un recurso de cambio y de mejora, y por tanto, habiendo cumplido los objetivos del tratamiento el paciente puede ser dado de alta después de las sesiones necesarias de seguimiento. Así que una terapia psicológica tiene un principio y un fin.

7.»¿Para qué ir a terapia si puedo tomar medicamentos?»

La función de los psicofármacos es  reducir o paliar los síntomas; a veces los esconde. Por el contrario, la terapia te permite localizar el origen de los síntomas y por tanto tratarlos desde la raíz. Si partimos de la base de que el síntoma no es el problema sino la alarma que enciende nuestro cuerpo para alertarnos de que algo no va bien, debemos entender que hay que hacer caso al síntoma para pararnos a revisar qué está pasando en mi vida para que mi alarma esté encendida.

Pongamos un ejemplo. El paciente X llega a la consulta con clara sintomatología depresiva (ánimo deprimido, desmotivación, pérdida de ganas por hacer actividades que antes eran placenteras, pérdida de relaciones sociales, ganancia de peso, etc.). Está atravesando una crisis personal ya que no se siente realizado en su trabajo, ha atravesado varias rupturas de pareja complicadas y se encuentra solo. Los síntomas nos dicen que algo no va bien. Pueden tomarse antidepresivos para frenar los síntomas (en algunos casos si pueden ser necesarios), pero ¿los medicamentos harán que cambies las cosas que van mal en tu vida? ¿Los fármacos pueden paliar tu sensación de soledad? La respuesta es no.

Con esto no pretendemos “demonizar” los psicofármacos. Es medicación útil y necesaria en muchos casos, pero mejor acompañada de terapia psicológica.

8. “Si vas  al psicólogo es porque estás loco y eres débil”

Hay personas que tienen miedo a ser vistas entrando o saliendo de la consulta de un psicólogo. Incluso hay casos en que se atraviesa todo Madrid para ir a una consulta alejada de su entorno y reducir las posibilidades de ser visto.

Cuando una persona acude a un psicólogo es porque tiene un problema que quiere resolver. Lo ha intentado numerosas veces por sí mismo pero sin éxito. Es más, el hecho de solicitar ayuda profesional puede entenderse como un acto de responsabilidad más que de locura.

Debemos intentar normalizar la figura del psicólogo sanitario, pues es la persona que puede ayudarte con tu malestar psíquico y tus problemas personales, al igual que el médico lo hace con tu malestar físico.

9. La terapia de pareja sólo empeora la relación vs La terapia de pareja hará que no termine la relación.

Ni lo uno ni lo otro. Es cierto que la terapia de pareja puede sacar a relucir problemas que ya estén presentes para tratarlos. Pero el objetivo será reflejarlos para poder cambiarlos desde ambos componentes de la pareja.

La terapia de pareja no tiene como objetivo ni la ruptura ni la continuidad de la pareja, tiene como finalidad resolver los problemas de relación detectados, sin forzar un final u otro. Así, una terapia de pareja puede acabar con la mejoría de la dinámica de pareja y una unión más fuerte o con una separación ordenada y cordial.

10. “Con contar mis problemas ya se van a resolver”

Contar los problemas y ser escuchado activamente es positivo para el paciente. Si además estás protegido por el secreto profesional que supone que el psicólogo no puede compartir nada de lo hablado en las sesiones, puede darte confianza para abrirte y hablar con más calma.

Pero la terapia psicológica no se trata sólo de escuchar pues es totalmente necesario un papel activo del paciente respecto al cambio. Sino éste no se dará. La implicación activa del psicólogo y del paciente es un buen predictor de cambio.

11. “Escarbar en el pasado no me ayudará”

 Desde el inicio de la evaluación se recogerá información sobre distintas áreas de la vida del paciente, desde la infancia hasta la actualidad. Esta información es necesaria para conocer a la persona, su historia y las personas que han formado parte de ella, sus fortalezas y debilidades, sus recursos y su estilo de afrontamiento, lo que ha aprendido y lo que le ha faltado. Todo ello permitirá al psicólogo guiar con conocimiento de causa.

Esto no quiere decir que el paciente se vea obligado a contar cosas que no quiere o no puede compartir, pues siempre tiene el control sobre lo que pasa. Pero contar con toda la información posible aumenta la efectividad del tratamiento.

12. “Los psicólogos sólo cobran por escuchar los problemas”

Escuchamos con cierta frecuencia que los psicólogos sanitarios no hacemos nada, sólo escuchamos durante el tiempo que dure la sesión. Esto es absolutamente falso. Además de escuchar durante la sesión hacemos muchas otras cosas, de hecho es un “trabajo mental” intenso. Y después de las sesiones, planificamos las próximas citas, preparamos material, corregimos pruebas, preparamos informes y muchas otras cuestiones que no se ven durante la sesión.

Ofrecemos un servicio que conlleva unos costes, como  cualquier otro profesional de cualquier ámbito.

 13. “Mis amigos son la mejor terapia

Desde luego que tener una buena red social es un factor de protección muy importante, pero el rol del amigo o del familiar no se parece al del terapeuta.

Para empezar, el vínculo que se establece entre paciente y terapeuta es único y especial, ya que el psicólogo sabe acerca del paciente desde una perspectiva de mayor objetividad. Además el psicólogo no es una persona que vaya a criticar o a juzgar las actitudes y comportamiento del paciente.

El paciente en cambio no conoce personalmente al terapeuta más allá de su rol profesional, lo que supone una seguridad y confianza en la relación que no se da con personas que formen parte de su círculo.

14. “El tiempo todo lo cura”

Es cierto que el tiempo puede aportar cierta perspectiva, aunque esto no siempre ocurre. Hay problemas que se enquistan y perduran en el tiempo.

En cualquier caso, ¿porqué esperar para solucionar un problema? Ponerte manos a la obra puede hacer que sientas más control sobre tu vida, que eres capaz de solucionar los problemas activamente y no simplemente que dejamos el tiempo correr.

El tiempo, por sí mismo, no tiene propiedades curativas.

15. “Los terapeutas no son fiables”

Desde nuestra clínica de psicología de Madrid os queremos aconsejar que, si buscáis un profesional que os ayude a gestionar vuestro malestar, busquéis a psicólogos certificados. Tienen que ser profesionales licenciados o graduados, colegiados, con formación demostrable en su campo.

Es cierto que muchas personas cuando buscan ayuda pueden caer en las manos equivocadas, en las de sanadores sin conocimiento de los procesos psicológicos, en las de terapeutas sin formación en psicología, en las de coaches sin los conocimientos necesarios.

Con esto no queremos enfrentarnos a otros profesionales y otros campos absolutamente respetables, pero si queremos lanzar este mensaje de responsabilidad hacia los profesionales que trabajamos en el campo de la Salud Mental, y a los pacientes, a que busquen el recurso que mejor se ajuste a sus necesidades.