El cambio de la Educación Primaria a Educación Secundaria.

Acaba de empezar un nuevo curso escolar y la actividad desenfrenada del ir y venir a por los materiales escolares, los libros de texto que, a pesar de haberlos encargado desde hace tiempo, nos falta alguno porque la editorial ha calculado mal la tirada, el portátil que ya utilizan y todavía no hemos encontrado uno más económico por lo que intentaremos comprarlo de segunda mano, uniformes o no, en cuyo caso hay que comprar algo más de ropa resistente y adecuada a la actividad escolar, ropa deportiva para la educación física y un largo etcétera que sería difícil enumerar para hacer justicia a esos PADRES, con mayúsculas, entregados y que quieren lo mejor para sus hijos adaptándose a los tiempos que corren.

Después de esta introducción quisiera comentar con todos vosotros uno de los puntos de alta  tensión o estrés, como tendemos a denominarlo, que aparece en estos comienzos escolares y es, bajo mi punto de vista, el paso de la Educación Primaria a la Educación Secundaria.

Por lo general, coinciden bastantes factores para que estemos preocupados con este cambio de etapa pero no podemos dejarnos llevar por lo que nos cuentan nuestros amigos, vecinos, o familia con hijos en edades similares, y de esa manera anticipar temores o adelantar acontecimientos sin que estén realmente fundamentados.

Estamos de acuerdo en que la prevención es muy útil pero siempre que sea con la información adecuada y un conocimiento de nuestros hijos adaptado a su realidad.

Los centros escolares y el sistema educativo se olvidan de donde vienen nuestros primeros cursos de la ESO: hace unos meses eran alumnos de primaria con un sistema de evaluación distinto en muchos casos y una exigencia menor ya que su edad representa una etapa evolutiva con una madurez determinada, que podrá variar según el caso.

En estos últimos años estamos viviendo una eliminación o recorte  de la  etapa que correspondería a una   pre-adolescencia observando que los cambios asociados a la adolescencia aparecen antes y  desaparecen después de un proceso que también se alarga en el tiempo.

Sería objeto del próximo post hablar de la adolescencia en sí misma, pero lo que en este quiero transmitiros es que todo lo que hacemos antes de que llegue el paso del que estoy hablando, es muy importante.

Autonomía personal también en su estudio,  normas claras  que deben de cumplirse, aprender a negociar con ellos en positivo, estimular el gusto por aprender y preguntar e investigar sobre los temas que demanden, fomentar el respeto a los profesores y a los adultos en general, enseñarles a escuchar, ofrecerles si es posible un tiempo en exclusiva para que te cuenten como va todo, fomentar el ocio sano y el deporte sin que eso suponga un estrés serían algunas tareas positivas a fomentar, no sólo por el beneficio del menor, sino por el beneficio familiar.

Pensaréis que es difícil. Y sí, no es fácil ser padres. Además los trabajos y los horarios en muchas ocasiones nos lo ponen más difícil todavía, pero si queremos llegar a la adolescencia preparados, ellos y nosotros, hemos tenido que hacer un trabajo previo. Cuando lo pruebas te das cuenta de que es más fácil de lo que puede parecer.

No se eliminan las dificultades de la etapa adolescente pero os puedo asegurar que esta preparación previa ayuda.

Además…. Es una etapa difícil pero a la vez hermosa.

Ánimo y buen curso.

Aquí estamos si necesitáis ayuda.

 

Pilar Núñez. Psicóloga Educativa.