Una profecía autocumplida es una predicción que una vez hecha se cumplirá. Lo curioso de esto, es que el motivo por el que se cumple es la propia predicción, ya que ésta generará una serie de circunstancias que favorecerán su cumplimiento.

También es llamado Efecto Pigmalión, especialmente en el campo de la educación. El investigador que le puso nombre llegó a la conclusión de que las expectativas que un profesor pueda tener acerca de sus alumnos puedan influir en el comportamiento de los mismos. Pongamos un ejemplo. Si un profesor intuye que un alumno puede tener un rendimiento mejor que otro o intuye una mayor inteligencia, tenderá a tratarlo de una manera distinta, mejor que a otros alumnos con los que no suceda lo mismo. Por lo tanto, las probabilidades de que ese alumno en concreto tenga un mejor rendimiento serán mayores.

Predicción: “Este alumno puede tener muy buenos resultados”

Conductas consecuentes: Prestarle una mayor atención, ofrecerle más ayuda, usar desafíos intelectuales…

Consecuencia: El rendimiento del alumno es mejor.

De hecho Rosenthal, quien acuñó el término, hizo un experimento en el que se decía a los profesores de un colegio que determinados alumnos eran potencialmente brillantes. Al año, se realizó un test a todos los alumnos y aquellos en teoría más brillantes, obtuvieron mejores resultados que el resto.

Así pues, la teoría de la profecía autocumplida trata de que al tener una creencia firme acerca de alguien, ésta finalmente se cumple ya que nuestra conducta será coherente con las creencias que afirmamos.

En realidad se trata de un proceso de retroalimentación; cuando creemos que algo va a suceder de una determinada forma, actuaremos como si fuera cierto, y esto supondrá muchas más probabilidades de que se produzca.

El Efecto Pigmalión o profecía autocumplida, afecta pues a cada uno de los ámbitos de nuestra vida. Ya hemos hablado del educativo. Pongamos algún otro ejemplo.

En lo laboral: Si nuestro jefe confía en nosotros como trabajadores ya que cree que podemos tener un gran rendimiento y ser un empleado muy eficiente, tenderá a darnos una mayor responsabilidad en el trabajo, y tendremos más posibilidades de demostrar nuestra valía, y por tanto, las probabilidad de ascender será mayor. Si en cambio, no cree en nuestras capacidades no potenciará un mejor rendimiento.

En lo social: Imaginemos una familia con 2 hijos. El mayor es un buen estudiante, el menor es el que recibe la atribución de “vago” por los padres ya que no tiene la misma dedicación académica que el mayor (sin pensar que tal vez no la necesite) Si esa etiqueta de vago se mantiene en el tiempo, es probable que el niño lo acabe siendo ya que sus conductas irán dirigidas hacia hacer la expectativa que sus padres tienen de él como algo real.

En lo personal: En general,  nos comportamos según la imagen que pensamos que los demás tienen sobre nosotros. Es decir, si desde pequeño has escuchado “eres un desastre” es posible que te vayas convirtiendo en una persona desorganizada. Si has escuchado “es que es muy tímida” probablemente tendrás algunos problemas de socialización. Todas estas etiquetas que se nos ponen desde nuestra más tierna infancia, acabarán convirtiéndose en un rol adquirido para responder acorde a esa percepción.

Si calificas o etiquetas a alguien de tu entorno de «frío» y actúas en base a esto, estarás reforzando esta etiqueta y la otra persona creerá que lo es y, lo peor de todo, no intentará cambiarlo porque “es así”.

Así que por el fenómeno de la profecía autocumplida nos comportamos, en mayor o menor medida, como los demás piensan, como lo profetizaron.

Así que, ¿porqué no utilizarlo en un sentido positivo? Podremos conseguir aumentar la confianza de otros y de nosotros mismos para ser quien debemos ser, quien realmente somos, libres de las creencias de terceras personas.

Algunas ideas de cómo hacerlo:

  • Piensa qué expectativas tienen los demás acerca de ti y cámbialas si te son desfavorables.
  • Mira, piensa y siente desde nuevas perspectivas.
  • Refuérzate tú mismo todos tus pasos y tus logros.
  • Cree en los demás, ofrece un refuerzo positivo a las personas que te rodean para crear un clima positivo. Habla de sus atributos positivos. Haz lo mismo contigo mismo.
  • Desafíate, cambia.

Te esperamos en tu Clínica de Psicología en Madrid.