Qué es la depresión infantil

Es una enfermedad psicológica bastante frecuente en niños, y que en algunos casos puede ser muy grave, siendo su expresión más terrible el suicidio infantil.

La incidencia estimada en la depresión infantil es de entre un 1-2% en población infantil  general. La de la distimia, otro trastorno del estado de ánimo, en torno a un 10-14%. Porcentajes altos (ya que son en población general) que chocan con la idea popular de que los niños no se deprimen.

Lo cierto es que con estos datos no pretendo otra cosa que provocar. Provocar que los padres miren a sus hijos y exploren su vida emocional más allá de sus conductas. A veces, podremos descubrir que nuestro hijo está excesivamente triste y que no sabe expresarlo. Esto puede ocurrir o bien porque ni siquiera se haya desarrollado lo suficiente para entender lo que siente, o bien porque no sepa expresarlo.

Los niños se expresan como pueden: los que están deprimidos lo harán a través de la conducta (siendo desafiantes, negativistas, no participativos, explosivos, a través de la hiperactividad o de la agitación motora) o a través del cuerpo con quejas psicosomáticas (los dolores de cabeza o de estómago son los más frecuentes)

Los ojos no entrenados en salud infantil no verán en estos síntomas signos de depresión en niños, pues como decía antes, “los niños no se deprimen”. Pero lo cierto es que desgraciadamente lo hacen. Los niños sienten y se preocupan, no por las responsabilidades propias del adulto (cuidar de los demás, pagar una hipoteca, etc.), pero si por las responsabilidades propias de los niños. Se preocupan por sus padres y hermanos, se preocupan por no entender lo que ocurre a su alrededor, se preocupan por problemas imaginarios. Y todo esto genera inseguridad y falta de autoestima.

Síntomas de la depresión infantil

Cada niño es distinto, y cada uno tiene su mundo. Las manifestaciones depresivas por tanto pueden variar, pero estas son los que más encontramos en nuestra consulta:

  • Síntomas emocionales: tristeza, ya no disfrutan tanto las cosas que hacen, cambios de humor, crisis de llanto, irritabilidad, pesimismo.
  • Síntomas cognitivos: descenso del rendimiento académico, pérdida de memoria, baja autoestima, falta de concentración, sentimientos de culpa.
  • Síntomas conductuales: rabietas, protestas, adicciones, desobediencia.
  • Síntomas psicosomáticos y motrices: orinar en la cama, pérdida o ganancia significativa de peso, fatiga constante, dolores constantes, cambios en el sueño y el apetito, letargo o enlentecimiento, hiperactividad.
  • Síntomas sociales: aislamiento, retraimiento.

Qué hacer si mi hijo está deprimido

La terapia infantil siempre es un buen recurso para tratar la depresión infantil. En nuestra clínica de psicología de Madrid tenemos especialistas en psicoterapia infanto-juvenil, capacitados para trabajar tanto con los más chiquitines como con adolescentes, siendo lo métodos a usar con ambos muy diferentes.

Con los más pequeños se utilizarán medios más lúdicos, tanto para la evaluación psicológica como para el tratamiento. En cambio, con los adolescentes, al encontrarse en el camino entre lo infantil y lo adulto, se utilizarán recursos diferentes al juego, más próximos a los que puedan usarse con los adultos (para así potenciar más su autonomía)

La terapia con niños y la terapia con adolescentes tienen en común que ambas deben integrar sesiones con los padres y sesiones familiares, ya que los padres deben y tienen que ser informados y partícipes en todo momento.