Qué es la impulsividad

A lo largo de los años se ha definido la impulsividad de numerosas maneras, teniendo la mayoría de ellas en común los siguientes puntos:

  • Tiene un origen bio-psico-social, es decir, se construye desde distintas variables biológicas, familiares, socioculturales, etc.
  • Es la tendencia a reaccionar rápidamente a estímulos internos o externos antes de procesarse la información, no hay planificación alguna.
  • Hay dificultad para detener acciones que ya han comenzado.
  • Hay una búsqueda de gratificación inmediata.
  • Se da una baja sensibilidad a las consecuencias negativas de la conducta impulsiva, tanto para sí mismo como para otros. Tampoco se valoran las consecuencias a largo plazo.
  • Es una conducta aprendida desde muy corta edad en un entorno donde se actúa rápido para conseguir esa gratificación inmediata.
  • Esta capacidad de regular los impulsos constituye un rasgo de personalidad.

Hemos de clarificar que la impulsividad no es siempre negativa, ya que existe una impulsividad funcional y una impulsividad disfuncional, en función de que las consecuencias sean o no negativas. La primera caracteriza a las personas aventureras, activas y rápidas a la hora de tomar decisiones si hay por medio un beneficio personal. La segunda está relacionada con la toma de decisiones de forma rápida e irreflexiva en situaciones en las  que las consecuencias son claramente negativas para la persona.

Dentro de la conducta impulsiva disfuncional hay una vertiente más patológica presente en el abuso de sustancias, el trastorno por déficit de atención, el trastorno bipolar, los trastornos de la conducta alimentaria o algunos trastornos de personalidad graves.

Dentro de este rasgo de personalidad impulsivo, tenemos que matizar sobre distintos tipos de actos impulsivos:

  • Actos impulsivos aislados. Todos podemos actuar algún impulso en circunstancias de estrés agudo a pesar de no ser personas impulsivas.
  • Actos impulsivos en función del tipo de conducta: ludopatía (adicción al juego), compras compulsivas, atracones (especialmente en casos de trastornos alimentarios), piromanía (impulso de iniciar incendios), etc.
  • Impulsividad Generalizada: afecta a distintas conductas y son cuadros de mayor gravedad (presente en algunos trastornos de personalidad)
  • Impulsos agresivos

Impulsividad y agresividad

La agresividad y la impulsividad son rasgos de la personalidad íntimamente relacionados.  La impulsividad, a veces, puede dar lugar a conductas agresivas, siendo esta uno de los mejores predictores de la agresividad. Esto sucede porque la impulsividad no permite que las respuestas inhibidoras de la agresividad tengan lugar, y se exprese finalmente mediante un acto agresivo.

La agresividad también se aprende desde nuestra más tierna infancia, por lo que sería más raro que una persona impulsiva actuara con agresividad, si esta persona no se ha visto expuesta o ha aprendido la agresión o la violencia en su entorno cercano.

Cómo es el tratamiento de la impulsividad y la agresividad

La psicoterapia de la impulsividad y la agresividad pueden utilizarse el formato individual y/o el grupal. En el individual se integrarán aspectos tanto a nivel cognitivo (reestructuar pensamientos erróneos, trabajar la resolución de problemas, etc.), como a nivel emocional (facilitar la expresión emocional, identificar las emociones y situaciones que disparan la agresividad, etc.) y conductual (con el objetivo de disminuir la conducta).

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