El loco del pelo rojo…

No recuerdo con exactitud a qué edad  empezó a interesarme la pintura de Vincent Van Gogh. Más adelante, fue la figura del artista, la persona que había detrás de esos cuadros de formas y colores intensos la que me atrajo. Ya en la Universidad, hace bastantes años, tuve la oportunidad de realizar un trabajo sobre él, me sedujo absolutamente. Después llegó la lectura de las cartas a su hermano, datos íntimos y personales que te dejan entrever en parte a la persona misteriosa, introvertida y pasional que era. Lectura que te permite apreciar además otra faceta artística no muy conocida de Van Gogh, la de escritor. Quizá no tanto por las formas, sino por el contenido, porque consigue expresar de la mejor manera la calma y la tempestad que se suceden continuamente a lo largo de su vida. A partir de ahí llegó una nueva visión de su obra, un entendimiento diferente. Se conoce mejor su obra conociendo su historia.

A lo largo de su vida fueron constantes los internamientos en centros mentales y numerosos los diagnósticos hechos a su persona. Estos diagnósticos que se exponen a continuación son dictaminados por los propios médicos que le atendieron, con lo cual, la terminología puede estar en desuso o completamente obsoleta. No aparecen en estas líneas todos ellos.

Los acompañaré de algunas curiosidades que quizá no conozcas.

o   Cuadros psicóticos: esquizofrenia, psicosis cicloide, psicosis angustia-felicidad, reacción psicótica episódica. ” Las insoportables alucinaciones han desaparecido, sin embargo, salvo una pesadilla”.”Durante las crisis tomo las alucinaciones como algo real” (Goldstein, 2007) “Observo que otros también han oído voces y oídos externos durante sus crisis y que veían los objetos cambiar de aspecto”

o   Cuadros afectivos: enfermedad afectiva fásica (enfermedad maníaco- depresiva), depresión. Este primer diagnóstico hoy sería el que conoces como trastorno bipolar tipo I con episodios mixtos.

o   Epilepsia: epilepsia psicomotora, epilepsia temporal lobular, epilepsia compleja parcial.

Las causas más comunes de las epilepsias en adultos son los traumatismos, tumores, epilepsias idiomáticas, agresión cerebral perinatal, infecciones, enfermedades degenerativas cerebrales, enfermedades vasculares cerebrales y consumo de tóxicos. En el caso que nos concierne, podría deberse a consumo de alcohol o a alguna infección como la sífilis. En cuanto a la genética, aunque no está muy bien definida su influencia, sabemos que una de las tías de Vincent padeció algún tipo de epilepsia.

o   Cuadros por tóxicos: abuso de alcohol (absenta), intoxicación por plomo (Saturnismo), intoxicación por bromo, intoxicación por alcanfor, abuso de digitalina.

La absenta es una bebida alcohólica que se consumió principalmente en el siglo XIX, especialmente en los medios literarios y artísticos, ya que se creía que estimulaba la creatividad. Está elaborada con extracto de la planta llamada ajenjo (Artemisia absinthium), en alemán vermouth. “Si la tempestad que hay dentro de mí se recrudece, tomo un vaso para aturdirme” (Goldstein, 2007)

Van Gogh, a diferencia de prácticamente el resto de pintores de la época, se valía de pinturas al óleo con muy alto contenido en plomo (e.g. blanco de plomo para las mezclas o amarillo de cromo; cromato de plomo). El pigmento actúa de forma acumulativa en el organismo. Puede entrar por vía cutánea, digestiva o inhalatoria en cantidades diarias mínimas para que aparezcan síntomas tóxicos a los meses. Es un veneno. Van Gogh intentó suicidarse varias veces ingiriendo estas pinturas. El bromo es otro pigmento que contienen estas pinturas.

Sobre el alcanfor; hoy en día es únicamente usado con fines industriales (pirotecnia, plastificante). Pero antiguamente era usado como medicamento anestésico local breve y antimicrobial. El alcanfor es rápidamente absorbido por la piel y reporta una sensación de enfriamiento similar a la del mentol. Por eso, era utilizado por Van Gogh para combatir el insomnio. En grandes cantidades puede ser venenoso si es ingerido y puede causar confusión, irritabilidad e hiperactividad neuromuscular.

Sobre el digitalis; en aquella época era común su uso en casos de epilepsia. En grandes cantidades puede generar una Xantocromatopsia, que se caracteriza por un aumento de tonalidades amarillas en la visión. Si observamos los cuadros que pintó Van Gogh en sus dos últimos años de vida, cuando las crisis ya eran continuas y estaba bajo tratamiento, ciertamente puede apreciarse un cambio en el color. En un retrato hecho al Dr. Gachet, aparece una rama de digitales.

 

No sé a vosotros, pero a mí me surgen muchas preguntas… ¿Cómo afecta una determinada psicopatología al proceso creativo? ¿Genialidad y enfermedad van unidos en lo que a su arte se refiere?

La enfermedad de Van Gogh es un factor decisivo de su existencia, y constituye también un factor en el desarrollo de su concepción del mundo y de su obra. Gracias a ello, “podemos conocer ciertos nexos presentes en la génesis de dicha concepción del mundo y de dichas obras” (Jaspers, 2001)

Habiendo tenido el placer de estudiar su vida y obra, si es llamativa la conexión entre la evolución de la patología y la repercusión que la misma pudo tener en su pintura, siendo mi criterio obviamente subjetivo.

Pero, ¿es esta enfermedad determinante en su obra o sólo una influencia? Él mismo expresó en sus cartas: “Cuanto más gastado, enfermo, cántaro roto me vuelvo, más artista me vuelvo […]”.